martes, 29 de mayo de 2007

Alejandra Pinto Soffia

Alejandra Pinto Soffia, anarco feminista:

“Me parece legítimo el estallido de violencia”
Coautora del libro Mujeres y prensa anarquista en Chile 1897-1931 reflexiona sobre el estado del movimiento ácrata en Chile luego de que el tema saltara a la palestra con el apedreamiento del auto de la jueza Gloria Ana Chevesich, supuestamente por un libertario, en las protestas del Día del Joven Combatiente.

Alejandra Pinto Soffia es profesora de Filosofía en dos colegios de Curacaví. Nada en su apariencia de una mujer de 37 años deja entrever que es una anarquista. Cualquiera podría pensar que “esa gente” anda clandestina y poniendo bombas por la vida, como si fueran los protagonistas de la película V de Vendetta o los jóvenes que fueron acusados de preparar explosivos en una casa okupa el 11 de septiembre pasado, hecho que más tarde se descubrió que era un montaje de la policía. No, Alejandra es una mujer cálida que me ofrece un té en su departamento de Santiago con un living de paredes atestadas de libros. “Y eso que eran más, tuvimos que vender muchos”, explica como con pena.
Lo suyo va más por lo académico y, si la apuro por ponerse un mote, se autodenomina anarco feminista. En esta investigación del tema que la apasiona, ya ha obtenido varios frutos: hace un par de años creó una página de internet a la que bautizó Mujeres Creativas donde es posible encontrar textos anarco feministas; en diciembre del año pasado compiló y autogestionó con Adriana Palomera la edición del libro Mujeres y prensa anarquista en Chile 1897-1931; y el 8 de marzo de este año participó, junto con varias mujeres, en una performance para contra manifestar los actos del Día de la Mujer Trabajadora.
Sin embargo, Alejandra no cree que se pueda hablar en Chile de anarquismo establecido.
¿Están organizados los anarquistas en Chile?
-Yo creo que hay mucho colectivismo individualista, es decir, muchas individualidades identitarias en que los piños están divididos y no se aceptan los unos a los otros: “estos son lumpen, estos son amarillos, estos son veganos, estos comen carne”. Entonces como que hay mucha rencilla, no veo una cosa muy unitaria.
Entonces, ¿hablar de un plan anarquista en Chile sería errado?
-Partiendo de la base de que no existe una orgánica común, no, cada uno hace lo que puede. Por ejemplo, los de Liberación Animal tienen una campaña en que vienen semanalmente a la casa central de la Universidad Católica a denunciar el bioterio de primates, donde experimentan con estos animales. O por otro lado están los plataformistas del OCL (Organización Comunista Libertaria) que son los más organizados dentro del anarquismo.
¿Qué es eso de "plataformistas"?
Es una vertiente del anarquismo que plantea que tiene que haber un trabajo territorial, sobre comunidades, y a partir de ahí ir generando coordinación. Es una cosa bien orgánica, creo yo. Y esos también se dedican a agitar, pero desde su parcela.
¿Pero no existe una instancia en la que se reúnan o en que tengan algún líder?
No, precisamente por esto del cuestionamiento a las jerarquías, la aparición de un líder es puesta en duda. Porque por qué me va a representar él a mí, es decir, se lucha contra la lógica de la representación. ¿Quién mejor que yo sabe lo que me conviene? Nadie, por lo tanto nadie puede representarme en mis decisiones y esa es la apuesta de la anarquía: que sea la máxima expresión del orden, no del caos, donde no exista nadie que te coaccione. O sea, yo funciono socialmente a partir de mi grupo de afinidad, de mis intereses, y a partir de eso voy gestionando mi forma de vida.
¿Lograr una sociedad anarquista es una tarea a largo plazo?
-Es que eso depende. Hay gente en el 1910 y otra en el 2007 que piensa que ya estamos en la anarquía porque ellos han optado por opciones individuales o, seudo individuales mas o menos colectivas, de vivir no jerárquicamente, no invasivas, ecológicas y creen estar viviendo la anarquía. Y hay otros que te van a decir que no, que estamos en el capitalismo y que la única forma de romper con éste es con la violencia, por ejemplo. Pero yo creo que podríamos llegar al anarquismo en algún momento no muy lejano. Yo no creo que el sistema actual no vaya a colapsar, por el tema ecológico sobre todo. No te digo ahora, pero en 50 años y que se lleguen a destruir las bases de este sistema y la gente se de cuenta que la única opción es el anarquismo. Porque el comunismo marxista ya fue, tuvo su pasada por la Historia y tuvo sus secuelas.
¿Qué opinas de la violencia en que supuestamente se han involucrado los anarquistas, según la prensa? Por ejemplo, tirar una molotov a La Moneda, apedrear el auto de la jueza Chevesich, etc.
-Estoy de acuerdo con esa violencia, en cierto sentido. Me parece legítimo el estallido de violencia. Es la punta del iceberg del descontento social generalizado. A mi me parece extraño que el obrero o el funcionario que trabaja doce horas diarias y gana 120 mil pesos en su fuero más interno no esté disconforme. El problema es que la coacción social para que esa persona no estalle es más fuerte: están los hijos, la familia, las financieras que le dan crédito, las casas comerciales que le venden en cuotas y, más o menos, se sostiene con esos 120 mil pesos, a pesar de que vive mal o muy mal. Pero el sistema tiene pildoritas además para amansar...
¿Te refieres a la televisión?
-Claro, y los jóvenes que estallan en estas manifestaciones públicas son la voz de ese descontento generalizado y que a partir de consideraciones muy poco responsables sobre su forma de actuar irrumpen socialmente a través de la violencia. En ese sentido me parece ilegítimo, pero no desde la trinchera de que el estallido social tiene que ser responsable. No responsable con el Estado o las Instituciones, sino con las otras personas que también participan en las manifestaciones.
El anarquismo propone la autogestión en pequeñas comunas, ¿cómo se pretende reeducar a la población para esta forma de relacionarse?
-Es que tiene que producirse una hecatombe del sistema actual para que la gente quiera adoptar la anarquía. Mientras estemos en el sistema actual, la gente seguirá optando por otras posibilidades por el mismo velo negro de caos que se imaginan es el anarquismo. Pero cuando no tengan otra opción que organizarse de esta manera, tendrán que hacerlo.
¿Entonces tiene que haber una especie de “Apocalipsis” para que el anarquismo surja como posibilidad?
-Sí, suena como bien terrible pero el sistema tiene que hacer agua en algún momento para que el anarquismo sea una opción viable, sino la gente no va a optar por algo más arriesgado. El anarquismo implica una incertidumbre. El colchón de seguridades que otorga el sistema actual se acabará y será cada uno el responsable de su propia vida, en el fondo.
Pero los grupos poderosos económicamente nunca han transado un ápice de sus riquezas y siempre preferirán mantener el status quo, ¿cómo pretende el anarquismo que esto cambie?
-Yo creo que la violencia ahí va a ser la única opción, a no ser de que haya una interlocución muy razonable y la gente de ese momento, que todavía no llega, sea capaz de convencer y a los que no pueda convencer habrá que matarlos. No veo otra forma de hacer una revolución.

martes, 15 de mayo de 2007

Zuliana Araya Gutiérrez

Presidenta de las trabajadoras sexuales transgéneros de Valparaíso:

“A los imputados los hacen pasar por locos y al transgénero nunca le dan la razón

En los últimos siete meses han sido asesinadas dos trabajadoras sexuales de su sindicato y otra resultó herida de bala, sin embargo, la dirigente de las transgéneros porteñas le resta importancia a los hechos argumentando que son casos aislados que no corresponden a discriminación.

“Soy transgénero y la boca te queda ahí mismo”, me dice áspera Zuliana Araya, presidenta del Sindicato Afrodita, agrupación de trabajadoras sexuales transgéneros de la Región de Valparaíso. Parte al tiro aclarándome que ella no es ni travesti ni transexual. “Travestis son las que hacen shows y transexuales las que se operan, pero yo no me quiero cortar nada, estoy bien así”, se define tajante.
Igual de drástica ha sido la vida de esta mujer desde que a los trece años se fue de su casa. “Me gustaba la calle”, explica Zuliana, “me arrancaba del colegio donde estuve internada porque ni ahí ni en mi casa me comprendían, tenían un rechazo. Es que éramos nueve hermanos y no había cariño para una. Y en el internado conocí a otras niñas como yo”.
Cuenta que en esa casa lo pasó muy mal y presenció desde golpizas hasta violaciones de los niños mayores. “Por eso yo me arrancaba, y en la calle me empecé a maquillar y a vestirme de mujer. A esa edad una tenía dos o tres clientes por noche”, confidencia.
Actualmente, con 42 años, Zuliana ya no tiene tanta clientela y muchas veces debe enfrentar violencia en la calles.

En el último año han asesinado a dos trabajadoras sexuales transgénero y también está el caso de una herida por bala, ¿qué es lo que está pasando?
-No sabemos muy bien qué habrá pasado en el último asesinato pero lo que me han contado es que el hombre que mató a Moria estaba metido en la droga, estaba angustiado como se dice y como ella siempre pasaba por esa calle para tomar el colectivo, creemos que la quiso asaltar pensando que iba con mucha plata. En realidad esto fue más como un asalto que un caso de discriminación propiamente tal.
En el caso de Grace, no sabemos si fue un cliente medio loco que a lo mejor fue con ella y después se arrepintió. Ella se arrancó del hospital porque parece que se pasó películas y pensó que iba a ir para allá a matarla. Ahora está escondida y no sabría decirle donde está exactamente pero ella no es de acá.

¿Ha existido alguna resolución a favor de las víctimas por parte de la justicia en estos casos?
-Mire, la verdad de las cosas es que (los imputados) caen detenidos pero al poco tiempo ya salen libres. Estamos muy disconformes con la nueva justicia. A los imputados los hacen pasar por locos y al transgénero nunca le dan la razón. En cambio, cuando una de nosotras mata a alguien, no pasa eso. Todavía tenemos a una compañera en la cárcel por matar a un hombre con trago en defensa propia. Ahora al que mató a Moria lo tienen detenido 90 días mientras se resuelve, pero no sabemos en qué irá a terminar eso.

¿Cuál es la ayuda que han recibido del gobierno?
-No hemos tenido mucho apoyo del alcalde Aldo Cornejo, pero ahora que queremos arreglar la sede de nuestra organización vamos a ver si nos responde, porque tenemos muchas ideas para trabajar en ella. Es que tenemos muchos problemas de techumbre y de cañerías. Ahora el 19 de abril tenemos elección de directiva y apenas tengamos nueva presidenta vamos a ponernos firme en la demanda de ayuda. Hemos pensado en poner una microempresa de amasandería, para ofrecer sándwich al paso, como ahí cerca hay muchos estudiantes. Todos estos esfuerzos serían más que nada para ayudar a las transgéneros mayores que todavía trabajan en la calle pero ganan cada vez menos. Pero les cuesta más salir, estar paradas toda la noche a veces, las enfermedades que están a la orden del día, aunque siempre les salta alguna liebre, usted sabe, en la noche todos los gatos son negros.

¿Estarían dispuestas a dejar la calle si en este proyecto les va bien?
-La mayoría piensa que sí. Si nos va muy bien podría ser, pero esto está pensado más para las trabajadoras mayores, para ayudarlas a ellas, que ya les cuesta más ganar dinero por sus propios medios.

¿Cómo sienten que las tratan los medios de comunicación?
-La prensa escrita muy bien, sobre todo La Estrella y El Mercurio de Valparaíso, gracias a estos diarios nosotras hemos sido reconocidas en la región. Ahora, de la televisión no hemos tenido mucha cobertura, a no ser por las ramadas en septiembre. Siempre van a filmarnos para las fiestas patrias, es que nosotras fuimos las primeras en abrirnos a la gente hace cuatro años.

¿Ha notado algún cambio de la población con respecto a ustedes, en cómo las tratan?
-La gente ha cambiado mucho, ahora está más liberal, conversa con una, ya no está tan homofóbica. Por lo menos ya no se dan vuelta a mirarte ni te gritan cosas. Ahora también uno puede ir al registro civil pintá y con el pelo largo. Eso antes no se podía, uno tenía que ir con el pelo corto o si no no te daban el carnet. En los hospitales ahora no te llaman por tu nombre de hombre, te llaman por el nombre artístico, digamos. Ahora hasta se terminaron los ataques neonazis, gracias a Dios. Ellos mismos se dieron cuenta que no correspondía porque antes no los condenaban pero ahora sí, pueden ir presos por esas actitudes. Sobre todo porque estaban atacando a cualquier persona, a los escolares a las salidas de las discos por ejemplo.

¿Y qué piensan sobre la creación de un barrio rojo?
-No, si yo empecé con esa idea acá, porque pensábamos que íbamos a estar más tranquilas, con más protección de los policías pero después nos dimos cuenta que en realidad no iba a servir porque el cliente busca privacidad y el tener un sector específico iba a atraer periodistas que podían identificar a nuestros clientes, como algunos son personas públicas. Ellos mismos nos conversaron esto. Mejor así como estamos ahora, trabajamos súper bien y ya no hay escándalos como antes.

¿Qué le parece el matrimonio homosexual y la adopción de hijos por ellos?
-Por la Iglesia no, eso lo encuentro una falta de respeto a Dios. Por el Civil sí y en privado. La adopción no. Es que no me parece que un niño le haga bien tener dos papás. Quizás si adoptan niños más grandes que ya puedan entender mejor, pero un niño pequeño, ¿cómo les va a decir? ¿mamá o papá? Ahora, si es un hombre y una transgénero me parece más factible. Ahí sí estaría más de acuerdo.